Historia del Pádel
En 1974 Alfonso de Hohenlohe, amigo de Enrique Corcuera, viajó a México interesado por un nuevo deporte que Enrique recientemente había creado. El deporte incorporó a una pista dos paredes de 3 metros enfrentadas, y una red en el medio atada a los lados. Al padel se empezó jugando con palas de madera y de ahí nació su nombre “padel tenis”. Entusiasmado con el nuevo deporte del padel tenis, Alfonso Hohenlole volvió a España, y perfeccionó algunos detalles de la pista de padel y las reglas del juego del padel, y luego empezó a construir las dos primeras pistas de padel en España, en el Club Marbella.
Una vez culminó la construcción de las pistas de padel, comenzó a promover el juego de Padel entre sus amigos, que inmediatamente se hacen admiradores. Tuvo un éxito rápido, el padel en un periodo muy corto de tiempo atrajo a figuras excepcionales del tenis como Manolo Santana, y así el deporte del padel se fue organizando para extenderse través de Costa del el Sol, y varios clubs comenzaron a construir pistas de padel propias.
En 1975, el millonario argentino Julio Menditenguia, un buen amigo de Alfonso de Hohenlohe, y un visitante regular de Marbella, constató el éxito de padel, y decidió desarrollar el deporte del padel en Argentina. Sorprendentemente en unos años el padel alcanzo ser uno de los deportes principales de Argentina, el montaje de pistas de padel era impresionante por todo el país llegando rápidamente a la cifra de 10.000 pistas de padel y más de 2 millones de jugadores.
En años consecutivos el padel se ha extendido a otros países como Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay, etc. con numerosos admiradores. Su influencia también se ha extendido en Norteamérica y Canadá, donde también es numerosa la construcción de pistas de padel.
